¡Adiós 2023!

 



Si podemos definir a este año 2023 de alguna manera, para mí sería el año de desenmascarar al enemigo.

Literalmente desde el primer día del año hemos caminado en una dirección muy bien definida: poner límites muy claros a todas aquellas personas que no respetan nuestra integridad, que se quieren aprovechar de nuestra honradez y que, en la gran mayoría de los casos, llevan puesta esa careta de lealtad y rectitud para que no veamos que debajo lo único que son es veneno.

Durante mucho tiempo pensé que todas las dificultades que iban surgiendo a mi alrededor, cada piedra en el camino que iba apareciendo, eran obstáculos normales por los que todo empleador pasaba. Los escollos habituales del gremio. No podía estar más equivocado. A nadie más le pasaban cosas tan surrealistas.

En cuanto empezamos a poner límites, hasta las últimas consecuencias, a aquellas personas que no respetaban y no cumplían la más mínima y sencilla de las normas establecidas, el cambio en el resultado final fue radical. Todos los Expedientes X desaparecieron de un plumazo desde la aniquilación de los generadores de toxicidad, los esclavos de la envidia. No fue fácil, pero sin duda mereció la pena.

Tuvimos que pagar indemnizaciones, abogados, despidos y pleitos. Con todo ello, quitarnos de en medio a toda esa gente venenosa fue con mucho la mejor decisión que hemos tomado desde que tenemos la empresa. Nunca jamás un dinero fue tan bien invertido.

Las cámaras de videovigilancia, que pusimos tomando la decisión de forma repentina, de un día para otro, nos dieron literalmente, la vida. Ellos ya sabían que estaban siendo grabados, y firmaron el documento correspondiente relativo a la LOPD que así se lo comunicaba. Lo que yo deduzco que no sabían, por todo lo que pasó después, es que las cámaras también grababan audio, y además de muy buena calidad.

Y cómo cantaban por esa boquita, daba gusto verlos hablar y desenmascararse solos. El día que tomamos la decisión de instalar las cámaras, fue muy probablemente, el día más valioso de todo el 2023. Los Expedientes X habían comenzado a resolverse solos.

Ahora, con la llegada de este nuevo año 2024, las directrices a seguir están más claras que nunca: continuar con la inercia que hemos ganado y seguir en la dirección que ya hemos empezado a recorrer y que tan buenos resultados nos está dando. No volver permitir jamás que la gente a nuestro alrededor forme las dinámicas destructivas que formaron en su día. Creer en nosotros mismos, en nuestro potencial, en nuestras decisiones estratégicas, en la paciencia y en la constancia. Y aplicar esta misma metodología a todos los aspectos de nuestras vidas.

Hoy, 4 años y medio después de haber comenzado este viaje, nuestra empresa está en el mejor estado de salud de toda su historia, estamos obteniendo más beneficio que nunca y estamos trabajando más tranquilos, relajados y felices que nunca. No se puede pedir más. Nuestro orgullo es esto.

Llegó el momento de atreverse a buscar nuevos retos, nuevos horizontes, pues quedarse estancado en un lugar seguro y confortable no va con nuestra mentalidad. Tal vez este sea el año de continuar con los estudios, viajar, seguir aprendiendo a tocar un instrumento, iniciar otra empresa, comprar una casa o quién sabe qué más. Desde luego, no nos vamos a quedar parados. Eso nunca.

Feliz y agradecido de llegar a donde estoy. Que esto siga así.


¡Feliz año 2024!

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